1- Nos permite plasmar y concretar la idea emprendedora. De este modo reflejamos las ideas del emprendedor de una forma visual e intuitiva.
2- Nos ayuda a fijar unos objetivos concretos y definir los pasos para conseguirlos.
- Los resultados que se esperan obtener.
- Como y cuando se van a alcanzar.
- La organización interna para alcanzar dichos objetivos.
3- Se define la estrategia de la compañía.
4- Se establecen los recursos necesarios para crear el negocio.
5- Se analiza el mercado y sus competidores.
- Definimos una meta.
- Valoramos la calidad e intención de compra.
- Se estudia el tamaño del mercado donde quieres operar.
- Se estructuran unos planes de consumo o de compra.
- Relevancia.
- Precio competitivo.
- Grado de innovación del producto.
- Competencia (Fortalezas y Debilidades).
- Estimación de Ventas.
- Se estudia el nicho de mercado (Tamaño del mercado, descripción geográfica, genero, edad, ocupación, tamaño de las empresas).
- Se analiza cual es el cliente objetivo.
6- Favorece el seguimiento de los resultados. Sera más fácil detectar los problemas que puedan surgir y las causas que los provocan.
7- Nos facilita la distribución del trabajo y la coordinación de equipos.
8- Controlamos en todo momento los flujos de caja. De esta forma evitamos los imprevistos o descubiertos.
9- Gestionamos nuestro negocio a la perfección.
10- Para conseguir financiación. Cuando entra financiación externa, el plan de negocio se convierte en un requisito indispensable.